Quizá por nuestra propia naturaleza tan visual, tendemos a considerar que algo tiene un aspecto dado por los elementos que vemos y no caemos en la cuenta que lo que realmente interviene en la apreciación de su apariencia, son los espacios vacíos que definen su imagen. Cuando se empieza en el arte del bonsái, nuestra vista todavía no ha sido adiestrada, por lo que podemos creer que las siluetas de los árboles son el producto del crecimiento más o menos ordenado de ramas y hojas y que al final, el objetivo es conseguir una copa exhuberante, de forma más o menos triangular y con una gran ramificación. Algunos piensan que eso hablará de nuestro experimentado cultivo y es cierto, pero si no tenemos en cuenta otras consideraciones, al final no será más que una forma particular de jardinería. Si queremos adentrarnos en la dimensión del Arte y que cuando nuestro árbol sea admirado, cause en el observador sensaciones que le hagan quedarse contemplándolo, deberemos entender cómo funciona nuestro mente y sobre todo qué cosas nos parecen estéticamente más atrayentes. Los objetos animados o inanimados, con una estructura interesante que muestran asimetrías, equilibrio, pero a la vez dinamismo y armonía, nos resultarán en general mucho más bellos.

Llegados a este punto es cuando deberemos entender el papel que juegan los espacios vacíos en un bonsái. Estos pueden hacer que nuestra vista se dirija a un lugar determinado que nos interese resaltar o marcar la dirección hacia dónde fluyen tronco, ramas y masas de verde. Sin espacios vacíos, sólo tendremos un simple árbol más o menos podado plantado en una maceta. Hay que resaltar que los espacios vacíos también adoptan formas y éstas pueden ser más o menos amplias e importantes y resultar de mayor o menor atractivo, según sea su diseño. Si conseguimos dominar la creación de bonitos e interesantes espacios vacíos, habremos avanzado mucho hacia la formación de bonsáis de calidad. No es un casual que muchos bonsáis considerados obras maestras exhiban un trabajo muy cuidado de estos espacios y los grandes maestros se interesen y preocupen en gran medida de ellos.

Esquematización de algunos tipos de formas adquiridas por los espacios vacíos en bonsái (en este caso los creados por el nivel del sustrato, con el perfil del tachiagari y el borde inferior de la sashieda). Todos se consideran incorrectos por su simetría, salvo el primero de abajo a la izquierda, que se considera muy atractivo y recibe el nombre de «boca se tigre».

Algunos ejemplos con árboles reales (aquí el espacio vacío «boca de tigre» se localiza abajo a la derecha).