Este Pino Albar (Pinus silvestris) llevaba muchos años sin trabajarse y había adquirido una apariencia caótica, que afectaba negativamente a sus elegantes atributos innatos. Tras un día de trabajo conseguimos recuperar su apariencia, logrando no despertar el dragón que duerme dentro de todo buen bonsái.

(Maceta fotomontaje)