A este Olmo Chino (Ulmus parvifolia) se le había ido podando el exterior sin cuidar la ramificación interior, por lo que mostraba el verde muy alejado del tronco y un entramado enmarañado, que nada tiene que ver con la estructura de la copa de un bonsái de calidad. En el Taller realizado se procedió a eliminar todas las ramas incorrectas, que formaban una masa tupida, así como aquellas que no entraban en el diseño. Tras el alambrado y posicionado de las masas, se creó un estilo inclinado (shakan) más compacto y armónico. En el futuro habrá que ir aumentando el vigor de las ramas principales más bajas (ichinoeda, sashieda, ushiroeda) y controlar la fuerza apical, para al final conseguir un árbol mucho más equilibrado.

Estado inicial.

Aspecto final (maceta fotomontaje).

Víctor con su Olmo.