• Enseñando todas las capacidades para llevar a cabo un buen cultivo para mantener un árbol sano, fuerte y vigoroso, requisito previo necesario sin el cual no podremos efectuar ningún otro trabajo posterior. Seguidamente se abordarán todas las técnicas (poda, pinzado, defoliados) explicadas al máximo detalle para ir avanzando en la formación y refinado de un bonsái, según vaya pasando por cada una de las etapas necesarias para alcanzar un aspecto de gran madurez.
  • Se abordará el control de plagas, enfermedades y el uso de tratamientos fitosanitarios.
  • Profundizaremos en el diseño de un bonsái, materia que se abordará con gran detalle en el curso, para lo cual será imprescindible conocer, saber crear y dominar los diferentes estilos establecidos con los que definir una primera forma de un bonsái (lo que los japoneses llaman “los huesos del diseño”).
  • Nos adentraremos en el conocimiento profundo de la estética de un bonsái, aprendiendo al detalle la multitud de normas y reglas que rigen la estética desde la perspectiva del Arte. Esta sección será imprescindible para entender cómo generar belleza con un bonsái y apartarnos así de la simple jardinería o cultivo de plantas y árboles en cualquier tiesto. Y como muchos aficionados sabrán, algunos de los cuales incluso pueden llevar bastantes años dedicándose al bonsái y todavía no conocer muy bien cómo diseñar un árbol, éste será un apartado del curso muy amplio con casi la mitad del temario centrado en todos estos importantísimos aspectos, para que al final se adquieran las capacidades necesarias con las que poder abordar y desarrollar con suficientes garantías de éxito, la disposición de los diferentes elementos de un bonsái (nebari, línea troncal o tachiagari, colocación de ramas, creación de las diferentes masas de verde con el consiguiente tratamiento de los espacios positivos y negativos, así como la construcción de un correcto y equilibrado ápice entre otras muchas y extensas cuestiones).

El cultivo de un bonsái es la parte más importante y la que necesita una mayor dedicación, de entre todas las tareas necesarias para cuidarlo y mantenerlo de forma adecuada. Lo primero que debemos saber es que como todo ser vivo tiene unas necesidades básicas que cubrir, sin las cuales no podrá vivir. Los árboles que crecen en la naturaleza obtienen todo lo necesario de su entorno natural. Los bonsáis, al cultivarse en una maceta con unas condiciones de espacio limitadas (tierra, agua y nutrientes), necesitarán de nuestra ayuda para que crezcan saludables y se desarrollen en perfecto estado de salud y vigor. Lo más importante para realizar un buen cultivo es prestar atención diaria a lo que los árboles nos dicen mediante su aspecto y estado. La hora del riego, si esta tarea se realiza de forma manual con una regadera, puede ser el momento ideal para ocuparse de estas cuestiones. En este apartado del Curso analizaremos en profundidad los tipos de sustratos y sus características, todos los aspectos relacionados con el riego, el abonado, las macetas como medio de cultivo y el emplazamiento ideal de los bonsáis.

En esta clase estudiaremos las diferentes técnicas de poda (de diseño, de mantenimiento) según especies y aprenderemos a realizar la selección de ramas, así como las técnicas para modelar un árbol mediante el alambrado (usos, tipos, variantes). En este apartado también se explicará cómo realizar el trasplante de forma correcta, según especies, estado de formación y objetivos perseguidos. Por último, se hará un análisis general de las plagas más habituales que pueden afectar a nuestros bonsáis y el tipo de productos fitosanitarios que hay a nuestra disposición para evitarlas o controlarlas.

En este tema estudiaremos los estilos de bonsáis, pero no solo tendremos en cuenta las normas que siguen, también profundizaremos en su conocimiento para desvelar su razón de ser y sus implicaciones artísticas. Los estilos en bonsái son una esquematización de las formas que se utilizaban en el pasado para modelar los árboles, que tras su profundo análisis sirvieron para establecer una clasificación con la que conseguir agrupar los diferentes estilos que conocemos hoy en día. Su categorización obedece a varias razones, intentando la primera reflejar las características que se observan en los árboles de la naturaleza. Hay que tener en cuenta que aunque el modelo es ese, se trata de un árbol con unas proporciones y limitaciones espaciales, por lo que será imposible dar cabida a todos los elementos que exhiben sus hermanos mayores. Se hará pues necesario realizar un proceso de simplificación, que buscará determinar la esencia de una escena natural real o imaginaria y que como cualquier otra expresión artística interpretará la realidad, evitando crear una imagen espejo de ella misma.

El principal objetivo de estos modelos será aparentar que un árbol es viejo. Los ejemplares jóvenes se caracterizan por mostrar una gran simetría, que se pierde con el tiempo. La influencia ambiental les imprimirá también un carácter y personalidad que les otorgará su individualidad. Con el tiempo alcanzarán la madurez y sus hojas tenderán a reducirse, sus crecimientos se volverán más pausados y su tendencia apical desaparecerá reequilibrándose toda su copa, lo que resultará en un ápice más redondeado. Todas estas normas nos permitirán clasificar los árboles dentro de un estilo, pero las características particulares de cada árbol los hará únicos.

Resultará sumamente importante conocer y aprender estas reglas, para posteriormente poder establecer variaciones dentro de las mismas. En definitiva, hay una serie de características superficiales importantes en los bonsáis que nos hablarán de sus cualidades, como son la forma o el color de las hojas, el carácter de la corteza y la madera, pero lo que verdaderamente nos atraerá en primera instancia será la forma y el estilo de un árbol (lo que los orientales llaman «los huesos del diseño»), ya que como cualquier esqueleto de un ser vivo sustentará todo lo demás y sin ellos su existencia será imposible.

En el arte del bonsái hay muchos estilos en los que formar los árboles y cada uno de ellos describe, como ya hemos explicado, una situación particular de un tipo de árbol que se puede encontrar en la naturaleza. En bonsáis de un solo árbol se pueden distinguir muchas variantes tales como «azotado por el viento» o «escoba», pero se considera que hay cinco estilos básicos que se pueden clasificar en función de la inclinación del tronco. Cuando queramos dar un estilo a un árbol generalmente uno de estos cinco diseños será adecuado, pero es importante no elegir precipitadamente. Se recomienda realizar un análisis de mayor detalle, para ver si con ligeras variaciones podemos sacar todo el potencial. Probando diferentes alternativas (por ejemplo, con un estilo inclinado), quizá consigamos que lo que parecía encajar a priori con un informal vertical ahora se convierta en un árbol con mucho más carácter. Mostrando una mentalidad abierta y dejando volar un poco la imaginación (dentro de unos límites), conseguiremos alcanzar el lado artístico de esta disciplina.

Los cinco estilos clásicos que veremos en este tema son: Chokkan, Moyogui, Shakan, Han-kengai y Kengai. En la clase se realizará un estudio detallado de cada una de estas formas, profundizando en todos los detalles y características propios del estilo, que al tratarse de manera pormenorizada nos servirán para definir con exactitud sus atributos y nos ayudarán cuando nos tengamos que enfrentar al reto de un nuevo diseño.

En este tema estudiaremos el diseño en otros estilos de bonsái que no se vieron en el tema anterior, donde se abordaron las formas más clásicas. Como su lista es bastante extensa y son menos frecuentes, se hará un análisis no tan profuso, aunque se incidirá en todos los aspectos importantes a resaltar que se deben tener en cuenta, para hacerse una idea precisa de cada uno de ellos. Repasaremos en detalle los siguientes estilos: Fukinagashi, Hokidachi, Neagari, Octopus, Shidare-zukuri, Bunjingi, Sokan, Kabudachi, Espalda de tortuga, Ikadabuki, Yose-ue, Seki-joju e Ishisuki.

Podríamos decir que un árbol tiene personalidad si es bueno, si tiene posibilidades de convertirse en bonsái. La cualidad más apreciada en un árbol es la vejez natural, pero eso no quiere decir que todos los árboles viejos sean de calidad. Aunque un árbol tenga muchos años, si no tiene personalidad no será más que un árbol de jardín plantado en un tiesto. Se dice que las cosas más importantes para que un bonsái sea «bueno», son por este orden: en primer lugar la parte inferior del tronco o nebari, en segundo lugar la parte baja del tronco que impulsa el movimiento del árbol o tachiagari, en tercer lugar la buena distribución de ramas, en cuarto el equilibrio del ápice y por último la personalidad que vendrá de su nacimiento. En este tema analizaremos en detalle todos estos elementos e introduciremos algunos conceptos de la estética japonesa como son el Wabi-sabi, el Mochikomi y el Shibui.

Seguidamente se empezará a hablar de la estética en bonsái y sus implicaciones. Para proporcionar a un árbol una bella estructura será muy importante observar cuidadosamente qué ocurre en la naturaleza y fijarnos detalladamente en sus formas, para extraer de ella aquellos elementos que al mirarlos nos parezcan que poseen un sentido más estético, que en definitiva serán los que trataremos de reproducir cuando diseñemos un bonsái.

El primer paso cuando trabajemos un árbol perseguirá identificar cuáles son sus mejores atributos (ya sea la forma o movimiento del tronco, la presencia de bonita madera muerta, etc.), pues serán los que proporcionarán carácter al bonsái y los que habrá que resaltar a toda costa (punto focal). También tendremos que reconocer los posibles defectos (en la medida de lo posible), para conociendo las técnicas y herramientas a nuestro alcance, tratar de atenuarlos y conseguir que no centren o distraigan nuestra atención. Siguiendo estas pautas el resultado siempre tenderá a ser mucho más estético.

Los términos que se tratarán en este tema y que intervienen decididamente en la estética de un bonsái son los siguientes:

  • PUNTO FOCAL
  • VACÍO (ESPACIO VACÍO PRINCIPAL, SECUNDARIO…)
  • PROFUNDIDAD
  • BALANCE Y EQUILIBRIO (DINÁMICO O ESTÁTICO)
  • IMPULSO O DIRECCIÓN
  • RUPTURA
  • COMPACIDAD
  • ASIMETRÍA
  • RITMO
  • UNICIDAD

No deberíamos limitarnos a decir que un bonsái es un árbol en miniatura pues en realidad es:

  • Una réplica a pequeña escala de un árbol de la naturaleza.
  • Que crece en una maceta de gres, en una roca o sobre una laja.
  • Y que sigue unas normas de estética.

Debemos ser capaces de ver un árbol formado con un estilo de bonsái definido o una combinación de ellos (si se quiere cumplir el primer punto mencionado arriba), pues todos los estilos se basan en árboles naturales, incluso teniendo en cuenta que pueden variar al dotarlos de una componente artística (tercer requisito), y estar plantados en una maceta de bonsái acorde a su estilo, que lo realce sin eclipsarlo. Entonces, por qué definir que es un bonsái… Desde antiguo se han seguido unas normas y reglas para definir una línea de lo que es y no es un bonsái, y por eso ahora sí queremos respetar su conocimiento, tradición y cultura, no podemos llamar a cualquier cosa bonsái. Por eso no debemos llamar bonsái a un árbol, planta o helecho en maceta. Aunque parezca evidente, tampoco se llaman bonsáis a los árboles en maceta colocados en un patio, balcón o terraza, aunque veamos que parecen pequeñas versiones de árboles creciendo en la naturaleza. Todos son simples plantas o árboles y no tiene nada de malo cultivarlos en recipientes, pero eso no es bonsái.

También es muy frecuente oír llamar bonsáis a los pequeños árboles en maceta que uno encuentra para venta en centros de jardinería o grandes superficies y que se venden como tal. Si esto fuera cierto, también cualquier lienzo con unos trazos de óleo podríamos llamarlo pintura, pero eso no implica que ese objeto exhibido tenga una componente artística. El denominador común de estas pinturas es que a pesar de todo, sean capaces de despertar nuestra percepción estética. El bonsái, al igual que cualquier expresión artística, debe reflejar una continuidad que desde tiempos inmemoriales alcanza las más altas cotas sofisticadas de arte.

En este tema analizaremos los diseños de diversos bonsáis reales y veremos como sus autores han utilizado sus diferentes elementos, para mejorar su apreciación estética. Además, estudiaremos cómo afectarían otras alternativas a su percepción visual, en el caso de que se hubiera optado por ellas.

En este tema que sirve de ampliación de los dos anteriores, se proporcionan algunas herramientas como la memoria visual, que nos ayudará a ver cómo se creó un árbol y otras técnicas con las que lograremos alacanzar el equilibrio de un bonsái mediante diferentes efectos ópticos. En la segunda parte se continuará con el análisis de más ejemplos reales para comprender como se crearon esos árboles, qué otras opciones existían y por qué fueron descartadas.

En este tema nos adentraremos en el estudio y conocimiento de otras reglas y normas utilizadas como fundamentos del diseño y la estética en otras disciplinas artísticas, que bien entendidas nos ayudarán a elevar la calidad de los diseños de nuestros bonsáis sí sabemos aplicarlas de forma adecuada para realzar los atributos de cada árbol y establecer la relación del resto de elementos que conforman su imagen.

En este tema nos adentraremos en el estudio y conocimiento de otras reglas y normas utilizadas como fundamentos del diseño y la estética en otras disciplinas artísticas, que bien entendidas nos ayudarán a elevar la calidad de los diseños de nuestros bonsáis sí sabemos aplicarlas de forma adecuada para realzar los atributos de cada árbol y establecer la relación del resto de elementos que conforman su imagen.

En este tema profundizaremos en el conocimiento de las ideas de este gran teórico nipón de la estética en el arte del bonsái tradicional japonés. A modo de ejemplo citaremos el apartado introductorio en el que nos habla del «Sueño de las Formas», con el que comprenderemos la magnitud de sus afirmaciones e implicaciones:

No soy ningún artista ni ningún crítico de arte soy simplemente un aficionado a los bonsáis de los «de comarcas». Si miro atrás veo que el camino del bonsái ha dado muchas vueltas, porque me van a enseñar el bonsái sólo a partir de la técnica y me van a hablar poco o nada de su aspecto artístico. Me habían enseñado a alambrar bien, a cultivar de forma correcta y hasta a hacer brotar los árboles con vigor, pero cuando me fui a interesar por la parte artística de mis árboles me quedé a oscuras.

El origen de la belleza de los árboles es muy difícil de definir porque tiene que ver con las sensaciones que uno percibe y que en parte es como el Zen, con su comprensión intuitiva del mundo. No es un trabajo para principiantes. Lo que trato de explicar aquí es lo que yo he podido entrever de la belleza de los árboles, ayudándome de otras artes plásticas.

Hay muchos caminos para llegar a la cima de una montaña, los hay más fáciles, más largos, más cortos, pero todos nos llevan al final a ella. Llegar a comprender el Arte es como subir a la cima de una montaña: no hay un único camino, algunos lo alcanzan desde la pintura, otros desde el dibujo o desde la escultura, o a través del arte floral (Ikebana), o desde la jardinería… Cada uno sabe encontrar su camino. El arte de los bonsáis es uno de los caminos posibles para llegar a esta cima. Cuanto más nos acercamos a él, más pequeñas son las diferencias entre las diferentes modalidades artísticas: la separación entre los caminos del arte desaparecen.

La raíz del arte es siempre la misma, lo que cambia es su forma de expresión. Los grandes artistas cuando llegan a la cima son capaces de expresar el arte de muchas maneras, haciendo servir diferentes artes, como los artistas del renacimiento. Es muy importante conocer los diferentes caminos del arte para llegar a su total comprensión. El bonsái comienza a considerarse un arte en la mitad de los años 20, en la era Meiji (hace casi un siglo). En esa época también comienza a dominarse la manera de hacer las hojas pequeñas o de alambrar.

Hasta entonces los bonsáis que existían no se podía decir que fueran obras de arte. En comparación con otras artes, el bonsái va con retraso, y por eso se hace necesario aprender de otras disciplinas artísticas más avanzadas para mejorarlo. Por otro lado hay gente que piensa que como el bonsái se hace con árboles, hay suficiente con aprender mirando la naturaleza. Pero las otras artes también van nacer de la naturaleza, hasta que llegó un momento en el que comenzaron a elevarse y lo superaron. El bonsái, como las otras artes, también debe ascender por encima de la naturaleza en estado salvaje.

Cuando veo los bonsáis famosos, me siento emocionado con su sola presencia, pero en el fondo siento también dentro de mí, que en la naturaleza no hay árboles como estos, y que la creación de estos árboles como bonsáis ha llegado a ser un arte. Como se puede hacer bonsái con muchos tipos de árboles, quiero avisarles de que en esta serie de artículos me limitaré a poner ejemplos de árboles de hoja perenne y espero que mis palabras finalmente les sirvan de ayuda.

Lo primero y más importante que se debe comprender del Keido (arte de exponer un bonsái), es por qué fue creado y cuál es su papel. El significado de este término japonés, traducido, sería deleitarse o complacer el espíritu. El profesor japonés Ichiu Katayama, tras años de análisis, perfeccionó el estudio de la presentación de los bonsáis. Para su comprensión escribió el manual Keido Katayama Ryu, que se compone de tres volúmenes y forma parte del temario impartido en las clases de su prestigiosa y elitista escuela (en la que han estudiado maestros de reconocido prestigio como Masahiko Kimura o Kunio Kobayashi).

Por otro lado, la palabra Kazari en japonés significa exhibir. El nombre por sí solo o usado con un sufijo como en la expresión «Toko Kazari», se utiliza cuando se muestran árboles en un Tokonoma. Por su parte, el término «Seki Kazari» se emplea para presentar bonsáis en lo alto de una mesa. Ambas formas de exponer, siguen muchas reglas y tradiciones, que son las que vamos a ver y sobre las que intentaremos profundizar en este tema.

Japón tiene un legado de antiguas tradiciones que son colectivas recogidas bajo el nombre Dō, o enseñanza. Las costumbres y técnicas de esas antiguas tradiciones son fundacionales para la cultura japonesa, y están ampliamente difundidas a través de los códigos que gobiernan el Chadō (ceremonia del Té), Kadō (arreglo floral o Ikebana) y Kodō (quema de incienso).

El Keidō codifica métodos que se adaptan a las sensibilidades de los japoneses a través de la exhibición de objetos de arte. Y éste hace referencia a la «técnica del espacio vacío». En la cultura japonesa, la palabra espacio tiene unas connotaciones místicas. Éstas trascienden el espacio físico para incluir el ritmo, tiempo y distancia, así como los límites de los espacios que intervienen.

Esto se manifiesta, por ejemplo, en el arte de la interlocución, donde el ritmo y el intervalo son parte del habla. Y son indispensables para la comunicación. Naturalmente el espacio es también un tema recurrente en las Artes, como por ejemplo en la poesía o novela dramática, música, danza, artesanía y también el bonsái.

En este tema estudiaremos en profundidad todos los códigos, normas y reglas que gobiernan el arte del Keidō orientado a la exposición de un bonsái.

Con este tema práctico pondremos a disposición del alumno el análisis de medio centenar de bonsáis de esta prestigiosa exposición japonesa en los que estudiaremos al detalle y de forma pormenorizada cómo se abordó el diseño de cada árbol y qué consideraciones de estética se plantearon y ejecutaron para elevar la belleza de estas obras maestras.

Con este tema continuaremos con los ejemplos prácticos mediante el análisis de medio centenar más de bonsáis de esta prestigiosa exposición japonesa en los que estudiaremos al detalle y de forma pormenorizada cómo se abordó el diseño de cada árbol y qué consideraciones de estética se plantearon y ejecutaron para elevar la belleza de estas obras maestras.

Este tema con el que finalizaremos el Curso Avanzado de Arte Bonsái, el alumno junto con el profesor pondrá en práctica todo lo aprendido durante las clase, lo que le permitirá repasar, practicar y afianzar todos los conocimientos adquiridos tras meses de estudio en los que habrá adquirido nuevas capacidades que le brindarán una nueva dimensión de comprensión de todas las implicaciones que abarca el extenso universo del Arte Bonsái.