Para mejorar la estética visual de la madera creada en nuestros bonsáis, sería interesante observar las formas que adopta ésta en los árboles de la naturaleza. Así una antigua rama muerta quebrada y erosionada al límite, que ya sólo conserve una pequeña porción de su base, nunca debería mostrar una punta demasiado puntiaguda y una acusada conicidad, pues de otra forma resultará artificial (figura 1). Si se reduce una gruesa rama, es mejor eliminar la madera de la parte baja hasta dejar únicamente el hueco del antiguo nudo debajo del Jin (figura 2). Si los restos de la rama están tan deterioramos, que apenas quedan algunos vestigios de su nacimiento, trataremos de recrear el patrón mostrado en el dibujo número 3, pues la zona más dura (duramen) y la parte seca exterior son inhabitables para los organismos que se alimentan de la madera. La humedad interior que se acumula en la base del nudo, hace que ésta se vaya pudriendo exceptuando el duramen, rico en resinas y minerales, que evitan su degradación. En la naturaleza, la descomposición se extiende en un primer momento por la superficie e interior de la herida; para posteriormente ir avanzando a derecha e izquierda y finalmente, alcanzar el centro del tronco (figura 4).

Imágenes: © David de Groot – Principles Of Bonsai Design.