Este Juniperus chinensis pertenece a Dioni Juanas de Fuenlabrada, alumno de la Escuela. Es uno de sus primeros bonsáis y a pesar de ser un material sencillo, le tiene bastante aprecio pues lleva mucho tiempo cultivándolo. Cuando lo compró en una superficie comercial era el típico arbolito en maceta con curvas en forma de S, totalmente simétricas que le daban un aspecto completamente artificial, monótono y aburrido, que nada tiene que ver con esas imágenes de sabinas retorcidas, que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en esta especie viviendo en su entorno. Tras la decisión de Dioni de traerlo a un Taller, buscamos darle un nuevo aire que tratara de mostrar un bonsái más natural. Con esa finalidad se realizó un trabajo de doblado del tronco, con el que se crearon curvas asimétricas y se modeló la copa para dotarle de un perfil con mucho más movimiento, que redundara en un equilibrio más dinámico. Las masas de verde (nubes) se redistribuyeron, para aumentar la sensación de ritmo y se tuvo la precaución de dejar más vacíos en la dirección en la que fluía el árbol, pues nuestra vista tiende a buscar estos espacios y suele ir en ese sentido. Así todo tenía más coherencia, unidad y armonía. El ápice se colocó a un tercio de la anchura total, para mantener la sensación de estabilidad y equilibrio (aplicando la regla de los tercios). Finalmente, se formó un jin con la rama izquierda más baja y aunque todavía falta hacer un shari, que recorra todo el tachiagari, ya va mostrando el lado salvaje que todo junípero que crece en la naturaleza acaba expresando.

img_4742Juniperus chinensis antes del trabajo de reforma.

img_5189El mismo árbol después de su diseño y modelado.