“El Monje mandó a su discípulo a limpiar el jardín. Una vez que éste barrió todas las hojas caídas durante el otoño, fue a buscar al maestro para dicirle que había terminado el trabajo. El maestro regresó al jardín y, después de contemplarlo, tomó un puñado de hojas de Arce y lanzándolas al aire sentenció, -ahora sí está terminado el trabajo-.”

Densho anónimo

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